lunes, 16 de marzo de 2009

La Evaluacion en la Educación Primaria


La evaluación es una parte del proceso enseñanza/aprendizaje, no es un apéndice, un complemento o un adorno. Cuando hablamos de evaluación solemos referirnos a la evaluación de los alumnos y esto no debe ser así, ya que en el trabajo y el rendimiento de los alumnos influyen diversos factores ajenos a su capacidad, a su esfuerzo y a si actitud. Evaluar es atribuir valor a las cosas, es afirmar algo sobre su mérito. Se evalúa para comprender y en definitiva para cambiar y mejorar.
“La evaluación es un instrumento que sirve al profesor para ajustar su actuación en el proceso de enseñanza y aprendizaje, orientándolo, reforzando los contenidos insuficientemente adquiridos por los alumnos y realizando la adaptación curricular necesaria, sirve también a la administración educativa para verificar la coherencia del sistema escolar y para responder a las necesidades manifestadas en la evaluación del sistema educativo adaptándolo a medida que van surgiendo”.

*Evaluación como diagnóstico: la evaluación permite saber cual es el estado cognoscitivo y actitudinal de los niños. Permitirá ajustar la acción a las características de los alumnos, a su peculiar situación. El diagnostico inicial permite saber de que punto se parte, cuales son los conocimientos previos de los alumnos, que tipo de concepciones tienen sobre la ciencia, la escuela y el aprendizaje.

*Evaluación como selección: La evaluación permite al sistema educativo seleccionar a los estudiantes. Mediante la gama de calificaciones, la escuela va clasificando a los alumnos.
Unos son eliminados porque no llegan a unos mínimos. Otros van situándose en puestos de diferente categoría según la clasificación.

*Evaluación como jerarquización: no es casual que el único evaluado en el sistema educativo sea el que ocupa el ultimo lugar en la escala jerárquica: el alumno. De ahí la necesidad de reflexionar para que ese proceso no sea utilizado como un recurso opresor sino de ayuda. Lo cierto es que la evaluación opera como un mecanismo de control. El profesor se relaciona con el alumno a través de un elemento mediacional que es la capacidad para decidir. El control se ejerce a través del poder de los informes, de la capacidad de aprobar y suspender.

*La evaluación como comprobación: Las pretensiones educativas sobre el aprendizaje se concreta en actividades instructivas.
Es un mecanismo elemental y aparentemente simple. La virtualidad se encuentra en que tanto en la vertiente individual (de cada alumno) como en la colectiva (de todo el grupo) la evaluación permite comprobar si algunas de las pretensiones han tenido su cumplimiento.

*La evaluación como comparación: La evaluación, cuando se realiza en el aula, encierra una faceta comparativa. Todos los alumnos son evaluados de forma parecida y a todos se les exigen unos conocimientos mínimos.

*La evaluación como comunicación: El profesor se relaciona con el alumno a través del método, de la experiencia y de la evaluación. Esta comunicación tiene repercusiones psicológicas para el alumno y para el profesor. El alumno se ve comparado con los resultados de otros compañeros. Los aspectos emocionales que configuran las relaciones estas condicionados por la función evaluadora. No solo pro la reacción ante los resultados sino por las repercusiones psicológicas de todo el proceso.

*La evaluación como diálogo: En la evaluación tiene lugar un dialogo entre el evaluadores y el evaluados. Un diálogo que puede ser enriquecedor (si se realiza en libertad, con actitud de apertura y con voluntad de ayuda) o bien convertirse en un monologo despótico y avasallador. También hace posible un dialogo entres lo evaluados y entre diferentes evaluadores.

*La evaluación como orientación: La evaluación proporciona una información que puede ser el punto de partida para la toma de decisiones y la reorientación del aprendizaje. A través de la evaluación se puede corregir los errores, modificar las actividades, acelerar el ritmo.

*La evaluación como motivación: la evaluación puede ser un proceso provocador del interés y del estimulo, tanto para el profesor que puede comprobar los efectos de su actividad como para los alumnos que van reconocidos y recompensados sus esfuerzos.

*la evaluación como formación: la evaluación permite conocer como se ha realizado el aprendizaje. La evaluación formativa se realiza durante el proceso (no solo esta atenta a los resultados) y permite la retroalimentación de la práctica.


LA IMPORTANCIA DE LA EVALUACIÓN

No basta con que el profesor enseñe para que los niños aprendan. En consecuencia. Lo que los niños aprenden no coinciden siempre con lo que el profesor quiere enseñar. Aprenden mucho o poco de lo que pretende el profesor, acaso nada o, quizás, otra cosa.
El niño aprende solamente aquello que es capaz de asimilar en un determinado momento. Lo que el niño aprende está en función de lo que ya sabe, de su experiencia de las expectativas y motivos, de los deseos y de las condiciones en que se enmarca su actividad. El aprendizaje no se produce de una forma mecánica. La evaluación es una exigencia que está en la entraña de todo esfuerzo sistematizado para conseguir algo. La evaluación no es pues, un juicio de valor sobre el niño, ni siquiera sobre sus realizaciones. Lo que pretende la evaluación es conseguir las informaciones pertinentes para conocer la eficacia de la acción.
Si el profesor no se cuestiona lo que hace, será fácil que funcionen en su mente y en su quehacer los mitos y los errores pedagógicos que fosilizan la practica, a saber:
*El profesor nace, no se hace.
*Para ser buen profesor basta querer a los niños.
*Para enseñar basta saber la asignatura.
*La enseñanza del profesor causa el aprendizaje de los alumnos.
*Existe un modo riguroso de comprobar que esta enseñanza ha sido efectiva.
*Cuando no lo has sido es porque el alumnos no es suficientemente inteligente, porque no está maduro, porque es vago o porque la familia no colabora.
El profesor ha de hacerse preguntas sobre el proceso evaluador de sus alumnos. Hacerse preguntas, pone en tela de juicio la evaluación, es un modo de buscar explicaciones sobre su naturaleza y funciones es la EP. Si no existen preguntas es difícil que puedan encontrarse soluciones.
La evaluación tiene diversos vertientes de análisis:
*Comprobar con los alumnos la eficacia de las actividades propuestas.
*Informar a los padres y dialogar con ellos sobre situaciones de aprendizaje de sus hijos.
*Compartir con otros profesores algunas de las evidencias que muestra el desarrollo de su actividad.
Los vertientes temporales del triangulo que simboliza el proceso de evaluación estarían marcados por:

*La evaluación inicial: El conocimiento del niño (de cada niño).
*La evaluación procesual: Durante el desarrollo de la actividad, el profesor evaluara si la dinámica del aula y el trabajo de cada niño está realizándose de forma esperada y deseable.
*La evaluación final: finalizando el periodo de intervención habrá que evaluar el resultado obtenido.

En la evaluación de la EP han de tenerse en cuenta algunas ideas que afectan especialmente a dicho nivel:

*El aprendizaje no se produce de forma determinista.
*La evaluación no se realizará de forma intuitiva.
*Es una equivocación pensar que la evaluación habrá de efectuarse sólo mediante pautas objetivadas.
*La evaluación deberá realizarse mediante la obtención de informaciones precisas en parcelas concretas de la adquisición.
*La evaluación de cada niño lleva aparejado el problema de su estudio madurativo y, no olvidemos, el ritmo de su desarrollo.


Miguel a. Santos Guerra.

La Elección de los medios de enseñanza


El valor de todos los procedimientos didácticos depende, en gran medida, de la elección de los medios adecuados, ya que pueden considerarse como las herramientas para la enseñanza.
Medios didácticos son todos los objetos que el maestro o los alumnos utilizan para su trabajo, sea que se elijan entre los existentes, que se confeccionen a propósito, que se traigan de afuera o se busquen en su lugar.
Pueden servir como medios de enseñanza: plantas, animales, cuadros, libros, mapas, bosquejos, tablas, películas, diagramas, laminas, tiras de lecturas, ábacos, juegos de calculo(domino, loterías, memoramas), mapamundis, problemas, juegos de preguntas y respuestas, materias primas, plastilina, etc.
Los medios didácticos se dividen en medios de enseñanza (medios de exposición) y medios de estudio (medios de trabajo), según que estén destinados para el maestro o para el alumno. Los medios de estudio se subdividen en medios de autoenseñanza y medios de ejercitación, según que sirvan a la elaboración autodidáctica de un nuevo tema o a la ejercitación en lo que ya sabe. El resultado de cada clase dependerá en gran parte de la selección adecuada de los medios didácticos y al elegirlos es preciso tener en cuenta:
El tema, El método y el nivel evolutivo psicológico de los alumnos.

Tema: Hay que resistirse a la tentación de utilizar medios inadecuados. Si no pueden adaptarse a las exigencias del tema, mejor será prescindir completamente de ellos.
Es preciso ver la misión realmente urgente de educar a los alumnos para el manejo adecuado de los medios didácticos y una actitud critica frente a ellos, si se quiere evitar que sean arrastrados por la resaca de cualquier estímulo o expresión que se ofrezca.

El método de enseñanza: algunos medios, por ejemplo, fotos recortadas de revistas, se presentan muy bien para el modo diferencial o individual pero, por su tamaño, tienen que fallar si se utilizan para la enseñanza frontal. Otros son adecuados para el modo de presentar (por ejemplo, ciertos diagramas), pero no pueden emplearse para la autoenseñanza por que requieren detalladas explicaciones del maestro. Luego, al elegir los medios didácticos siempre hay que considerar si son útiles y suficientes para el método previsto. Respecto a los medios de autoformación cabe señalar especialmente que la mera independencia no es suficiente. Como medios de autoenseñanza pueden servir únicamente aquellos que conducen a un enfrentamiento adecuado con el tema. El empleo de los medios de autoenseñanza requiere, por lo general, instrucciones dadas verbalmente o por escrito. El valor de tales medios depende en gran medida de la precisión de las instrucciones dadas.

Nivel psíquico de los alumnos: conviene complementar un medio didáctico con otros. Por una parte. Lo percibido a través de varios sentidos suele retenerse mejor que lo captado solo óptica o acústicamente: por otra parte es preciso ofrecer algo para cada uno de los distintos tipos perceptivos de la clase, tanto visual y auditivo como el táctil o el motor. Un maestro que eligiera los medios didácticos de acuerdo a su propio tipo. Por ejemplo el visual, fácilmente dejará insatisfechos a los niños que por su peculiaridad perciben mas intensamente con el oído o mediante la ejecución de desarrollos cinéticos. Tampoco debe de desconocerse la importancia de la intuición interior, aparte de la visión exterior, para el proceso formativo; un exagerado empleo de ilustraciones o películas puede hacer atrofiar la actividad de la imaginación.

Es importante emplear los medios elegidos en un momento apropiado. Pero también seria un error tratar de introducir normas fijas acerca del momento de la utilización de esos medios. No se debe permitir que la irreflexión, la expectativa o la curiosidad acerca de la reacción de la clase seduzcan a uno a empelar los medios de enseñanza antes de tiempo.
Como condición previa para la eficiente utilización de los medios, el maestro debe familiarizarse con las colecciones del colegio; cabe señalar especialmente las tantas veces inutilizados tesoros de los gabinetes, bibliotecas, colecciones de monografías y medios de trabajo.
Se entiende que el empleo adecuado de los medios didácticos presupone que el maestro se haya informado previamente acerca de ellos.
Acertadamente preparados y elegidos, los medios didácticos constituyen un fundamento esencial para un estudio placentero y fecundo. Por supuesto que sólo si dichos medios didácticos posibilitan o fomentan un enfrentamiento intenso con el objeto son mas que un mero adorno.

domingo, 8 de marzo de 2009

Como preparar las clases


“ La formación del programa semanal y cotidiano”.

Después de una intensa y adecuada profundización en los temas cabe ajustarlo a la semana o al periodo, de acuerdo con el número y la distribución de días y horas. Quien omita ese paso para emprende la estructuración de la clase tan solo en función de la elaboración del material, frecuentemente quedará decepcionado de los resultados.
El programa cotidiano y semanal se confeccionará con arreglo a las siguientes tareas:
La elección de los temas de la semana.
La división de los mismos en clase.
La composición de la totalidad del programa semanal y cotidiano.

1.- La elección de los temas de la semana.

“Quien mucho abarca poco aprieta”, es preferible detenerse en un tema en vez de tratar de abarcar muchas cosas. En vista del tiempo disponible y de los requisitos metodológicos y educativos, debe seleccionarse una parte limitada de entre los temas posibles y fijarse una meta clara para la semana o el periodo en cuestión.
Seria insuficiente confiar, para esa selección únicamente en los libros de texto oficiales.
Por valor cultural de un asunto se comprende, su importancia y categoría con respecto a la estructura humana, social, económica o espiritual de un ciclo cultural, el valor formativo reside en su propiedad, supuesta o comprobada por la experiencia, de ser recibido, comprendido, vivenciado o practicado significativamente y de integrar orgánicamente el proceso de formación, contribuyendo a la vitalización, aclaración, ampliación y articulación del mundo del alumno y a la resolución de problemas que surjan. Debe pensarse en la importancia de un tema para la convivencia y las necesidades apremiantes de la vida cotidiana.
El valor formativo de un tema depende de su ejemplaridad, o sea de la posibilidad de que el saber, vivenciar y poder que transmita sean de significación general, aplicables a otros asuntos.
Hay que tener en cuenta que nada tiene valor formativo en si; sólo puede tenerlo para determinados alumnos o para un grupo. Si un tema será formativo o no y si sirve para la enseñanza depende de la situación individual de la clase, es decir, de la edad de los alumnos, de su nivel evolutivo, su sexo, del ambiente del distrito escolar, de la cercanía temporal y espacial del tema, de los intereses particulares de los alumnos y de la situación global de la clase.
La elección del tema semanal, a veces tendrá que ajustarse a las posibilidades existentes.
El maestro en el trascurso de la semana tiene que elegir los temas considerando siempre el tiempo del que dispone (enseñanza semanal).
En la enseñanza por períodos, durante una o varias semanas todas las horas de lecciones se reservan a un determinado temario y después las mismas horas se dedican a otro.
Para concluir el maestro tiene que conocer el tema para poder elegir de que manera trabajará con el, ya sea por semana o por un periodo determinado, recordando que los principal para elegir un tema será el valor cultural y formativo.



2.-La división de los temas semanales por hora.


Como el maestro tiene que atenerse al horario fijado para las distintaslecciones, debe distribuir sus tareas semanales. Hay muchos temas que no pueden elaborarse en una clase, se dividirán en lo posible, de tal suerte que no se separe lo que intrínsecamente forma un todo y que resulten secciones lógicas y psicológicamente sostenibles y estructuradas en sí.
Es necesario tener en cuenta, al hacer la división, los problemas que se plantean con respecto a los temas semanales, o sea observar en todo lo posible el principio de aislar las dificultades.
Al dividir los temas semanales en horas no han de pasarse por alto sobre todo la posibilidad y necesidad de redondear las distintas clases convirtiéndolas en unidades complejas.
Para concluir cabe señalar que los temas semanales elegidos para los distintos ámbitos de formación han de dividirse en porciones horarias redondeadas, lógica y psicológicamente sostenibles. Al mismo tiempo debe pensarse en una distribución razonable de los problemas que surjan y en las necesidades temporales del método. Por lo general la elección y subdivisión de los temas se realizan en la fase preparatoria de la elaboración, o sea antes de iniciarse la semana o el periodo lectivos
.


3.- La composición de las unidades semanales y diarias.

Una vez divididos en porciones horarias los temas semanales de los distintos ámbitos formativos, se trata de proyectar esas porciones sobre las unidades de tiempo disponibles, sobre las clases según su ubicación concreta dentro de las unidades diarias y semanales.
La enseñanza ha de dar frutos, los distintos temas horarios deben discutirse conforme a un orden significativo. No deben estas yuxtapuestas sin coherencia, como sucede en la enseñanza mecánicamente dividida en materias, sino que han de entretejerse para formar autenticas unidades diarias y semanales. La composición de las unidades semanales y diarias se hará:a) Con arreglo a la lógica inherente a los distintos asuntos o temas.b) Conforme al ritmo semanal y diario del niño.


a) El orden lógico de las asignaturas o de los temas.

Para algunas de las porciones horarias mencionadas, resulta automáticamente un determinado orden de elaboración didáctica en vista de la sucesión de los distintos ámbitos formativos y según el orden de las subdivisiones de un determinado ámbito formativo. Acorde con la experiencia de que las tareas lingüísticas, aritméticas, creadoras, siempre se resuelven mas satisfactoriamente cuando surgen de algo que se vio, aprehendió o se vivenció con anterioridad. Según el principio didáctico, basado en la experiencia y la psicología “de lo fácil a lo difícil”, de lo simple a lo complejo.

b) El ritmo semanal y diario.


El decurso de una semana, un día y ciertas horas sigue en el adulto como en el niño, determinados ritmos, estos se caracterizan por un paulatino aumento de las energías físicas, psíquicas y mentales, hasta llegar a un punto de culminación, un lento descenso y un reposo. Se muestra en cada proceso natural de aprendizaje- distintas fases caracterizadas por diversas actitudes y conductas frente al objeto de estudio. Los decursos rítmicos de tensión y relajación pueden dividirse en: abordar, preparar, elaborar, profundizar, consolidar, formalizar, desprender y relajar.


*Semana lectiva:
El marco fijo para la estructuración de la enseñanza esta dado por el horario de la clase con sus divisiones y subdivisiones. Si fuere posible, el horario debería confeccionarse en vista de los requisitos de una estructuración adecuada a las fases del aprendizaje, de tal suerte que las clases se distribuyen más o menos uniformemente entre los días de la semana.

*El día lectivo:
Cada día debería ser un todo redondeado en si, regido por un determinado tema, por eso con arreglo al número de horas disponibles deben reunirse en un todo aquellas subdivisiones temáticas que constituyan una unidad significativa.
La ventaja de esta programación global o integral del día reside en que las distintas clases mantienen una relación intima y concreta entre si, acorde con su determinación por un tema diario o semanal, evitando con esto que los alumnos manejen en un día diversos temas en los cuales no exista una relación.
La configuración exterior de los días lectivos, vale decir la elección de los ámbitos formativos (materias o asignaturas) y de los temas pertinentes, difiere según su posición con la relación a las fases de la semana.
Aun disponiendo de pocas horas, será posible acomodar el día y respetar su ritmo si se prevé una hora entera para cada ámbito formativo, si no se divide el tiempo rigurosamente por materias.

Quien tiene en cuenta el ritmo del día infantil y da los deberes para la casa de acuerdo con sus fases, tendrá que quejarse menos de las consecuencias del desgano de los niños, que exige que después de las clases se elaboren nuevos temas.

Basándonos en una estructura adecuada del horario, los distintos temas para cada clase deben ajustarse al ritmo infantil de trabajo según se manifieste en los distintos días y horas. El ritmo diario y semanal se caracteriza por ocho fases: abordar, preparar, elaborar, profundizar, consolidar, formalizar, desprender y relajar. La duración de cada fase depende de las características del tema y de la situación individual de la clase, cada día a de estar adecuado en si y dedicado a un tema determinado.


”El diario escolar”.
Conviene hacer apuntes acerca de la distribución de los temas entre los días y horas de la semana. Con todas sus ventajas, existen inconvenientes debido a la mala organización. La diferencia entre un diario escolar y los diarios de clase, consiste en que además del lugar para la formaron ofrece espacio para un breve esbozo de la labor didáctica. Las anotaciones requieren de 5 a 10 minutos por semana y garantiza un mínimo de preparación escrita y de reelección posterior.